¿Qué es la identidad corporativa y cómo tener una propia?

Hay quien se pasa toda una vida buscando su propia identidad corporativa. Esto no es nada deseable, dado que este conjunto de valores reporta enormes beneficios a una empresa. Para su desarrollo se necesita trabajar cuidadosamente en ella y seguir un manual de identidad corporativa. Merece sin duda la pena. La identificación que realizan los consumidores de una empresa es una de las claves sobre las que se fundamenta su éxito. Cualquier proyecto o startup debe tener en cuenta tanto su importancia como los elementos que la construyen.

¿Qué es una identidad corporativa?

Está en la naturaleza de las personas otorgar atributos de identificación a una persona, objeto o actividad. Las organizaciones se humanizan para ser distinguidas y que todos los agentes externos e internos interactúen con ellas. Esta es la razón por la que precisan construir su propia identidad empresarial.

La identidad corporativa es, pues, la imagen que una compañía proyecta a sus clientes y grupos de interés. Esta transmisión se produce es a través de elementos visuales y materiales con los que una compañía expresa los valores y la personalidad de una marca. Por supuesto, la impresión causada quiere y debe ser positiva, influyendo en su contexto y distinguiéndose respecto de sus competidores.

Cómo influye en el mercado la identidad corporativa tiene ejemplos de sobra conocidos. No solo se trata de las marcas comerciales, ya que una ciudad, un club deportivo o una entidad pública ejercen también la suya. Los colores del logo de Ikea toman los de la bandera sueca. Recordándonos el pragmatismo y eficacia nórdicas, sus eslóganes apuntan a que nuestra libertad y el poder para cambiar están en nuestras manos. Nueva York representa toda una identidad visual corporativa con su estilo de vida genuino tanto en su skyline como en su logo con el corazón y las siglas NY.  

Actualmente, la focalización en el cliente es una sólida base sobre la que se asienta la identidad de una empresa. Dentro de ella, una óptima atención al cliente hace a unas organizaciones diferenciarse de otras, llegando incluso a ser un sinónimo de la propia identidad corporativa. La adopción de soluciones que fortalecen lazos de confianzacon los consumidores ayudan a construir y a reforzar los valores y el enfoque empresarial.     

Beneficios de la identidad corporativa

Responder a qué es la identidad corporativa se puede hacer desde la enumeración de sus ventajas.

• Mayor rapidez en las ventas. Al haber una identificación por parte de los consumidores, estos saben qué esperar de nuestros servicios o productos.  
• Aumento de ganancias por el alza de precios. En numerosas ocasiones, es posible vender con un precio superior al de nuestros competidores. Esto se da gracias a un paralelismo entre identidad y calidad.   
• Posicionamiento. Una identidad bien desarrollada queda permanentemente en la mente de los consumidores.
• Fiabilidad y fidelización. Ser consistente en el tiempo con los valores y objetivos fundacionales acaba por reflejarse en una mayor presencia en el mercado, lo cual genera una mayor confiabilidad.  
• Motivación. La identidad corporativa también cuenta con una proyección interna entre los empleados. Identificarse con unos valores y compartirlos resulta en un fuerte compromiso y orgullo de pertenencia.

Cómo construir una identidad corporativa. 

Antes de ponerse manos a la obra, conviene mencionar la diferencia entre la identidad corporativa de una empresa y su imagen corporativa. La primera alude a la composición visual que la compañía elabora de sí, mientras que su impresión la construyen los propios consumidores. Esta distinción se entiende en el momento en el que se establecen los elementos que constituyen la identidad corporativa, dado que estos nunca parten desde el público. Estos se incluyen detalladamente en lo que es el manual de identidad corporativa. Se trata de una guía que no ha de confundirse con la identidad, pero que es muy útil para expresar el espíritu y misión de una marca. En él se recogerán los siguientes aspectos:

1. Definición y filosofía. Aquí se muestran los objetivos de la identidad corporativa. Debe guiar al resto de elementos y permanecer en el tiempo. Siempre es revisable, aunque esto requiere de una gran inversión temporal, creativa y económica.
2. Herramienta cada vez más utilizada en el diseño de la identidad corporativa. Es un conjunto de imágenes inspiradoras que ayudan a conocer de una sola ojeada cuáles son los conceptos que edifican una marca. Aquí también cabe incluir y diferenciar lo que no es ni nunca debe ser nuestra filosofía.
3. Elemento reconocible de un nombre comercial.
4. Colores corporativos. Su elección es un elemento indiscutible del branding o gestión de marca.
5. Tipografía. Además de la del logo, hay que incluir una para el cuerpo de los textos.
6. Descubrir la frase que nos represente es todo un reto. De todos modos, depende del tipo de producto o servicio que prestemos, ya que en la actualidad no siempre es preciso.
7. Voz corporativa. En caso de que esta sea precisa en campañas de promoción, identifica y construye un tono único de la marca, el cual se repetirá en todos los contenidos emitidos.

Establecer un plan de comunicación para nuestra identidad corporativa

Obtener una identidad corporativa e imagen corporativa requiere de unos canales adecuados. A este fin se elabora un plan de comunicación, el cual sirve para reflexionar sobre los tipos de mensajes que deseamos transmitir a nuestro al público. En él se recoge, además, por qué medios se realizará, en qué tono y a quién se dirigirá. Por tanto, se especificarán los canales y se incluirá un estudio del público objetivo o target. Todo ello debe ser una constante en el tiempo, especialmente en relación a la forma en la que nos mostramos a los clientes, eligiendo una imagen formal o más cercana, proporcionando datos más informativos o persuasivos, etc. Por último, siempre es necesario recoger qué objetivos comunicativos deben cumplirse para crear una imagen corporativa.